Analista político, comunicólogo y académico UAGro
Salvador Rangel, obispo emérito en Guerrero, sin tapujos se fue directo al señalar al senador Félix Salgado Macedonio de tener vínculos con grupos del crimen organizado.
Si el sacerdote miente, se le puede fincar delito de difamación, porque está diciendo una mentira al rotular al senador de Morena.
Las declaraciones del prelado presentan dos vertientes: política y social.
En estos meses, a mediados del mandato de la gobernadora (tres años), ha iniciado la campaña por la sucesión gubernamental.
Se observan dos o tres organizaciones de parte de Morena que desean continuar el legado de Evelyn Salgado. A saber, estas son: a) Félix Salgado Macedonio, b) Beatriz Mojica Morga y c) Rubén Cayetano García. Otros que han levantado la mano se han difuminado a favor de cualquiera de estos tres grupos.
Percibo que el personaje más sólido es el de Félix Salgado o el papá de la actual mandataria; pero… va a sortear la iniciativa de Ley de Nepotismo de la presidenta. Y es el más consolidado por su historia política y porque considero que es un alfil para Guerrero del exmandatario López Obrador. De aprobarse la propuesta de ley, Salgado Macedonio tendría que hacerse a un lado. En estas circunstancias, o se suma a una de las siguientes candidaturas o candidatea a un personaje de su confianza. Uno de ellos podría ser el rector de la UAG, Javier Saldaña Almazán.
En el escenario C con Rubén Cayetano, personaje con menos alianzas, hasta ahorita. Podría ser candidato y con fuerza si la candidatura de Beatriz llegara a declinar a su favor. O si Félix y Beatriz tensaran sus fuerzas; entonces Cayetano podría ser el tercero en discordia para evitar un rompimiento morenista. Es poco probable, aunque no imposible, que Félix apoye a Rubén.
La posibilidad u opción B es por el posible apoyo que Beatriz logre con mucho apoyo de la presidenta. Aquí cuenta, y mucho, el género.
Por el momento, y esta imagen no durará mucho, donde Félix esté apoyado por “otros grupos”, según el Obispo, va a ser coyuntural. La gente morenista desdeñará el cuadro de vínculo con delincuentes. Es decir, la sociedad, en su mayoría, no cree lo que ha dicho el sacerdote. Es una mentira o un invento. Sólo una demanda por difamación del senador contra el padre a través de un pleito jurídico podría despejar la duda. Pero… no lo hará porque, diría el senador, el tema es político. Y en política, por sus dichos, todo se vale.
