• Evelyn: En la cumbre del poder
• El cambio real, frente al machismo
• No hay tiempo para el derrotismo
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda transita por el tercer año de administración, lo cual se considera en términos políticos que se encuentra en el cenit del poder, o en otras palabras, está la plenitud del ejercicio sexenal gubernativo.
Contra pronósticos adversos de voces inconformes, críticas, que no escatimaron en generar presagios grandilocuentes de que la actual administración sucumbiría, el gobierno de Evelyn Salgado ha sido sorprendente en cuanto a resultados de programas encaminados a desterrar la violencia y proteger a las mujeres. Es, por decirlo así de claro y contundente, el emblema sexenal frente a expresiones de machismo, intolerancia y conductas ancestrales de dominio y sumisión.
La política es tiempo y efecto. A la mitad del camino, la administración estatal sortea el fenómeno de la violencia e inseguridad dentro de los seis estados del país con mayores estadísticas negativas de delitos de alto impacto social.
Y es, en este tránsito, donde confluye con la nueva administración presidencial de Claudia Sheinbaum Pardo. Hoy a 100 días del nuevo gobierno federal se advierte un cambio en la ruta para identificar los causales de esa violencia y crear mecanismos de contención y despliegue de operativos tácticos, con inteligencia de campo, que han permitido detenciones de objetivos generadores de violencia.
No ha sido producto de la casualidad que la presidenta de México disponga de una agenda específica sobre los temas de reconstrucción por las tragedias de los huracanes “Otis” y “John”, pero sin descuidar los efectos del fenómeno de la violencia. Esta combinación, inédita, porque ningún otro estado de la República lo padece, es lo medular de la estrategia compartida entre ambas mandatarias federal y estatal.
Creer que gobernar 3 años Guerrero ha sido miel sobre hojuelas y/o navegar “de a muertito” como en otros tiempos y circunstancias, tienen una visión distorsionada y miope de a realidad.
Guerrero sigue siento un asunto de seguridad nacional. Que se agravó por el desastre causado por los huracanes despiadados, sí, pero ni la inacción o la parálisis asomaron en el gobierno guerrerense de Evelyn Salgado, como tampoco el derrotismo o desazón.
La problemática política, económica y social de Guerrero está perfectamente diagnosticada; presupuestalmente diseñada y con emoción social invertidos los recursos hacia aquellos que menos tienen y han sufrido un quebranto en sus viviendas de la noche a la mañana, literalmente.
En el tiempo de la gobernabilidad, el temple y carácter de hombres y mujeres se miden y evalúan sin mezquindades. Habrá aquellos que respiran por la herida, aguijoneados por la envidia y atormentados por sus pasiones y limitaciones.
Evelyn sigue sorprendiendo a los guerrerenses con su dedicación y esfuerzo sin pausa. Sigue levantando cejas de incrédulos pesimistas. Impone respeto a su condición de ser la primera mujer que gobierna Guerrero sin prejuicios, con valor y dulzura en el decir y hacer.
Cumplir tres años de gobernar Guerrero en condiciones extraordinarias de catástrofes, violencia, limitaciones presupuestales y sobreponerse al escepticismo de unos cuantos, no es tarea sencilla.
Ya habrá tiempo para documentar avances, poner acentos en las inconsistencias de un gabinete desacompasado y afinar la mira para alcanzar certeros compromisos de unidad y esperanza en quienes hoy más que nunca necesitan de su gobernadora y su gobierno.
La conseja popular exige respetar los tiempos. Y Evelyn Salgado está en el cenit del poder sexenal… quien pierda de vista esto, sabrá de consecuencias políticas adversas frente a sus desatinos y torpezas. Es todo.
Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.
