Por Enrique González Guerrero
Más de 50 años haciendo Rosca de Reyes, una tradición que surgió de la familia. Primero hacíamos gelatinas, luego pasteles, dice doña Ernest Alarcón Catalán. Antes no había esta tradición de Roscas de Reyes aquí en Chilpancingo, solo éramos dos personas que hacíamos roscas y pasteles: la señora Mirian de una pastelería muy reconocida.
Hoy las nuevas generaciones ya tienen la costumbre de que en las instituciones, oficinas de gobierno y familias de todos los hogares se parte la ya tradicional rosca de Reyes. Antes se nos juntaba mucha gente al amanecer de cada seis de enero; eso nos dio la experiencia de que el sabor casero le gusta a la gente. A partir de ahí nos preparamos con personal y los clientes escogen su rosca y así no los hacemos esperar. El domicilio, para mayor seña, atrás del mercadito de “Los Ángeles”.
Las roscas tradicionales se venden aquí; nosotros no contamos con sucursales, la gente viene a nuestro domicilio. Hay otras que son roscas ovaladas, como las que hacen en México. Estas roscas son únicas y lo dice la propia gente, a pesar de que nosotros no pagamos publicidad, pero hay periodistas que vienen a hacernos entrevistas y nosotros con gusto damos a conocer cómo se hacen estas roscas con alta higiene y a invitación de doña Ernest. Pide pasemos al área de la mesa de trabajo donde el horno siente el calor de las roscas que están a punto de salir para después a la mesa del decorado y envinado que le da el sabor a una rosca tradicional.
Don Carlos Álvarez Figueroa, conocido personaje que se encuentra todo el año en el pesaje del pueblo antes del Mercado Central de Chilpancingo, hace referencia a que lo bueno se vende solo y pone como ejemplo a las que venden pozole en Chilpancingo, doña Docha o la señora de los tacos . Así estas roscas, la ciudadanía ya sabe dónde va a comprar sus roscas . Un servidor es bendecido porque tenemos la receta de mi esposa, doña Ernest. Alarcón Catalán, que durante más de 50 años siguió viva la tradición de hacer y vender las tradicionales roscas de Reyes en Chilpancingo, dice que hay gente que viene de visita de otros estados y lleva estas roscas, dice Paty Álvarez Alarcón, una de las hijas del matrimonio de doña Ernest. Y don Carlos, que por cierto agregó que fue corrector de ortografía de un periódico de un amigo, solo estuvo por seis meses, porque de profesión es contador y ahora disfruta a la familia ayudando en la venta de roscas de Reyes.
