• jue. Mar 13th, 2025

Epístolas Surianas. Julio Ayala Carlos. El primer presidente municipal indígena

LO DICE EL ALCALDE Y LO RECONOCE la población, los gobernados: con él, todos los pueblos y comunidades han tenido y tienen obra pública. Es también con él cuando los que menos tienen, los que siempre habían sido vulnerados, u olvidados, hoy por hoy, en el gobierno municipal que encabeza, son visibilizados, y lo que es mejor, tomados en cuenta.

Hoy por hoy la obra pública, y la obra social, llega a todos los pueblos, a todas las comunidades, sin ningún distingo, pues el presidente gobierna para todos. Los apoyos son para todos, hayan votado por nosotros o no, porque tenemos el mismo origen, los mismos problemas, y nos hermanan las mismas necesidades y la esperanza de que juntos, trabajando juntos, nos irá mejor.

Se trata de Gilberto Solano Arreaga, considerado el “Primer presidente municipal indígena de Tlapa”, quien precisamente por su origen, tiene especial atención con la población de los pueblos y comunidades originarios que existen en el llamado Corazón de la Montaña. Sabe, como pocos, porque lo vivió junto con su familia, del olvido y las faltas de apoyo de las autoridades gubernamentales.

“Conmigo, los pueblos, nuestros pueblos, han tenido y tendrán siempre obra pública y social, algo que en años anteriores no existía”, dice.

Puntualiza: “por supuesto que la ciudad, la cabecera municipal tiene nuestra atención principal que también requiere más obra pública y el reforzamiento de los servicios públicos. Trabajamos en ello, día a día, sin descuidar el trabajo en los pueblos y comunidades”.

Ése es su compromiso, dice, enfundado en su camisa verde olivo, que representa el color de la Montaña y la lucha de sus pueblos por una vida mejor. “Es un honor portar el color, porque nos da identidad, y nos recuerda el compromiso de trabajar incansablemente por nuestros hermanos”.

Y mientras para él, para el alcalde de Tlapa, el verde olivo que usa todos los días en su camisa representa identidad, compromiso y trabajo, para quienes no lo saben, por ignorancia o por mezquindad política, lo llaman despectivamente “el hombre verde”, “el avispón verde”, lo que los muestra como tal, ruines y perversos, que no conocen sus orígenes como pueblos originarios.

 ¿Le preocupa, le molesta? Para nada. No me detengo en eso. Al contrario, el verde lo porto con orgullo. Yo sé lo que significa y representa para mí, y mis hermanos.

Lo que importa es lo que piense y diga mi gente, los habitantes de Tlapa. Ellos me entienden, añade.

Y en efecto, así es. Lo mismo en la ciudad, en la cabecera municipal, al igual que en las comunidades, la gente así lo recibe, como uno de los suyos, como un hermano que encabeza los destinos del municipio, quien les recibe sus demandas y resuelve sus problemas. Él sabe, porque lo vivió, del olvido, de que “antes las autoridades no nos recibieran, mucho menos nos resolvieran”.

Mientras, el alcalde Gilberto Solano Arreaga, bajo los rayos del sol atiende a la gente, a sus hermanos, como dice, pues el tiempo apremia y cada vez es menos, mientras las demandas de los pueblos originarios, de obra pública y social, parecen no terminarse, pues son muchas, producto de años de olvido, de marginación y pobreza.

Y es que sólo tienen hasta el 2027, cuando el primer alcalde indígena de Tlapa deje el cargo, y entonces sí no hay certeza de que otro presidente los atienda y resuelva como lo hace Solano Arreaga.

Comentarios: ayala.jc30@gmail.com

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