Dice el dicho que cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pongas las tuyas a remojar…
Y Alejandro Arcos lo sabía de sobra. Tres días antes de su toma de protesta, el 27 de septiembre pasado, fueron ejecutados el ex coordinador general de la Unidad de Fuerzas Especiales (UFE) de la Policía Estatal, Ulises Hernández Martínez y una mujer que era su asistente de nombre Wendy, cuando se detuvieron en la esquina de la calle 17 de octubre, casi esquina de la calle Prolongación Abasolo, entre las colonias Caminos y Rufo Figueroa, a unos metros de la escuela primaria José Martín.
Ese sería el primer indicador del huracán que se acercaba.
El jueves pasado, tres días después de la toma de protesta de Arcos, fue ejecutado su secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, cuando caminaba por la calle Teófilo Olea y Leyva, a unos metros de la calle Madero, a unas dos cuadras del palacio Municipal y en pleno centro de la ciudad.
Ya lo decía García Márquez en su famosa novela “Crónica de una muerte anunciada”: “Halcón que se atreve con garza guerrera, peligros espera” y de esto, Arcos era muy consciente.
Por ello, ni tardo ni perezoso, Alejandro en entrevista radiofónica a nivel nacional con Ciro Gómez Leyva pidió al gobierno federal reforzar su protección y la de su equipo de trabajo, además también se lo pidió en esa misma entrevista a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
Pero nadie le ayudó y sus palabras quedaron en el aire.
¿O me va a negar usted, querido lector, que luego del asesinato de tres personas pertenecientes a su equipo de trabajo, las cosas estaban bien? Es evidente que no.
Y no podían estarlo cuando la capital del estado lleva años mal viviendo y solo basta hacer uso de la memoria… o por lo menos repasar la historia reciente del Chilpancingo en quiebra para darse cuenta de que la tragedia capitalina lleva años gestándose:
Luego de que Marco Antonio Leyva hiciera un desastre en la capital y terminara peleándose con quien por esos años era el gobernador del estado de Guerrero, Héctor Astudillo Flores por el tema las ganancias que genera el tema de la recolección de basura y reciclaje, tendría que llegar un interino para quedarse al frente cuando Marco Antonio pidió licencia: Jesús Tejada Leyva que poco pudo hacer, hasta el regreso de Leyva, pero la triste historia no termina ahí, llegaría para peor otro inefable: otro Antonio, pero de apellidos Gaspar Beltrán y tal y como su nombre lo dice, cual fantasma se fue pero dejando a Chilpancingo sumido en la desgracia.
Y para terminar de hundir la situación llegaría Norma Otilia, quien fue tendencia nacional luego de que se dieran a conocer imágenes y posteriormente un audio donde presuntamente pacta con el crimen organizado, hecho que ayudaría para que MORENA perdiera la capital del estado, sumado a la falta de claridad, precisamente en el tema de recolección de basura y reciclaje de la ciudad, entre otros temas.
Así llegamos al presente, Alejandro Arcos peleó con por su lugar como presidente municipal de Chilpancingo en tribunales y se quedó con el cargo. No puedo decir que ganó, porque morir por un cargo público no es ganar sino todo lo contrario.
Hoy Chilpancingo tiene una deuda multimillonaria: Más de 1500 millones de pesos y la capital del estado sigue con escasez de agua, problemas de recolección de basura, calles en mal estado y damnificados por las lluvias.
Encima de todo, quedó demostrado que las autoridades no dirigen, no mandan, no controlan, estamos pues, en el Chilpancingo de nadie, en la capital ingobernable, en la capital donde mandan todos menos las autoridades.
Mientras tanto usted, querido lector, que sale todos los días a trabajar con el miedo de que algo le pase o esperando no ver, no escuchar y no estar en el lugar y momento equivocado, usted… usted camina sobre un río de sangre llamado Chilpancingo.
Al menos, así me lo parece.
