- Se vende a niñas incluso por cerveza cuando no hay dinero para dar como presente a los padres de las menores.
- 100 mil pesos o reses es lo que cuesta una menor en la montaña de Guerrero.
- Con la primera menstruación, una menor está lista para ser vendida.
Reportaje de Evelin Gómez.
Nota: Para resguardar la integridad de las mujeres que accedieron a dar esta entrevista, se omitirán sus nombres; el fin de esta publicación es apoyarlas y evitar la violación sistemática a la que son sometidas por el hecho de ser mujeres.
La antigua Capitanía General del Sur (ahora estado de Guerrero) ha demostrado ser fundamental para el desarrollo de México y ejemplos hay muchos, como la consumación de la independencia, que se dio en 1821 a través del Plan de Iguala en Acatempan, localidad del norte de este estado.
Y es precisamente en este estado donde, hasta 2021, de acuerdo con datos de la administración del exgobernador Héctor Astudillo, residían más de 600 mil indígenas divididos en cuatro pueblos y lenguas:
Mixtecos, amuzgos, tlapanecos y nahuas son quienes representan alrededor del 40% de la población indígena que se distribuye en las subregiones de La Montaña, la Sierra Central y la Cuenca Superior del Río Balsas, la Sierra Norte y la Tierra Caliente; habitando en 45 (de los 85 municipios de Guerrero), asentándose fundamentalmente en el área rural.
Pero la montaña es, de entre las ocho regiones del estado, la región que lucha para no desaparecer ni adaptar los llamados “usos y costumbres” heredados a lo largo del tiempo a las generaciones actuales que ya no recuerdan del todo el pasado prehispánico, pero sí el hecho de maltratar a la mujer por ser “algo que siempre ha sido así”.
En el corazón de la montaña, Tlapa de Comonfort se aísla del tiempo, las leyes y el estado, viviendo un doble estándar: aceptan tener en sus casas (los que pueden hacerlo) televisores, celulares, computadoras e internet, pero se niegan a dejar la creencia de que los hombres son quienes importan en la comunidad.
Así lo cuentan mujeres agredidas de esta parte del estado de Guerrero y que pudieron salir de ese infierno:
Mujer sobreviviente: “Los usos y costumbres representan una gran limitante para las mujeres que hace que la violencia aumente en esta parte del estado de Guerrero y aquí aún persiste la venta de mujeres, a la que se le ha puesto un nombre para que no se escuche tan rudo: ‘matrimonio forzado’”, en donde se elige a una niña (porque nunca son mayores de edad) y en ese sentido se da un presente que se traduce en dinero en efectivo o en especie como cerveza o animales que se dan a las familias que justifican esta práctica asegurando que no es una venta, que es más bien el reconocimiento al valor que le dan a la mujer y con esto, el hombre que pagó ya puede disponer de la niña o jovencita que cuando lucha por separarse no puede porque el alegato principal es que debe pagar lo que se dio por ella y en estas comunidades donde persiste la pobreza, es imposible para la mujer devolver en efectivo o en especie lo que pagaron por ella, por lo que al final se queda como está, viviendo violencia”.
Periodista: ¿Cuánto vale una mujer o una niña en la montaña?
Mujer sobreviviente: “No hay una cantidad fija, pero en promedio va de los 100 mil a los 200 mil pesos”.
Periodista: ¿Y de dónde sacan ese dinero en las comunidades para poder pagar esa cantidad?
Mujer sobreviviente: “Por la migración. Algunos salen a campos agrícolas y juntan todos sus ahorros o bien se van a Estados Unidos a trabajar y de ahí sacan el dinero; además, otros venden o dan su ganado como el presente o pago por la menor”.
Periodista: ¿En qué comunidades todavía persiste la venta de menores?
Mujer sobreviviente: “Es más común en Cochoapa, Metlatótoc, Xalpatláhuac, en Tlapa en la zona tlapaneca y Alcozauca hasta donde sé”.
Mujer sobreviviente 2: “Tengo que decirte, Evelin, que en Metlatonóc y en Cochoapa, son los hombres los que principalmente hablan español y a quienes principalmente se les permite ir a la escuela, y son ellos los que salen y emigran…
Periodista: Esto es algo sumamente importante; con esto me dan a entender que al menos una parte de la montaña son las mujeres las que menos hablan español porque así se decidió…
Mujer sobreviviente 2: Sí, porque a las mujeres no se nos permite acceder aquí en la región a derechos como educación o salud. Aquí, por el hecho de ser indígena, por hablar lengua materna y ser mujer, se limita a todo tipo de derechos, pero en otros municipios, como lo son La Cañada o Alpoyeca es totalmente diferente… No toda la montaña es así.
LA VIOLENCIA CRECE, PERO NO SE HACE NADA
Al respecto de este tema, la colectiva Mujeres de Tlapa A.C. accedió a una entrevista, en la que indica que: “El abandono a las mujeres en la montaña es total. Tanto del gobierno estatal como del municipal. Aquí lo principal es que midan la dimensión de la problemática contra las mujeres y, en la medida en que lo acepten, podrán tener todas las condiciones para atender este problema, porque, aunque la Gobernadora diga que su principal objetivo es crear un santuario de las mujeres; si no conoce a fondo la problemática y no destina un presupuesto que sí llegue a donde debe, todo queda en buenos deseos”.
“Por ejemplo, en la Montaña, la instancia que de verdad apoya a las mujeres es el Centro de Justicia para Mujeres, pero el año pasado, todo el personal se fue a paro laboral en diciembre porque les debían salarios desde el mes de mayo, así como viáticos y prestaciones, gastos de operatividad, es decir: internet, pipas de agua, gasolina y mantenimiento de la unidad en la que salen para apoyar a mujeres agredidas.
No basta con aprobar y decir “se aprobó y se destinó tanto dinero”; esa cantidad debe ser tangible y lo primero es no recortar recursos a las instancias que apoyan a mujeres en la montaña. Por otra parte, el gobierno también debe asumir su responsabilidad derivada de la alerta de violencia existente desde 2017 de la cual no está haciendo nada”.
TLAPA: LA ALERTA Y VENTA DE MENORES DE LOS QUE YA HABÍA REGISTROS
La Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), emitió desde 2017 la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en varios municipios de Guerrero: Acapulco de Juárez, Ayutla de los Libres, Chilpancingo de los Bravo, Coyuca de Catalán, Iguala de la Independencia, José Azueta, Ometepec y Tlapa de Comonfort; posteriormente, se añadieron a la lista: Zihuatanejo, Chilapa y Xalpatláhuac.
Pero poco o nada cambió con la alerta para estos municipios, sobre todo en Tlapa. En 2024, la BBC publicó una investigación en la que, al igual que en este reportaje, sale a relucir la cantidad de 100 mil pesos como el monto mínimo de lo que vale una mujer en la Montaña de Guerrero, en la que incluso hay registros de la venta de menores a partir de los 9 y 10 años, como lo reportó el periódico El PAÍS, así como el medio digital INFOBAE en 2020 y 2021 respectivamente.
La venta de las menores radica en su paso por la pubertad, tal y como se hacía en la época prehispánica, donde se consideraba “mujer” a las infantas a partir de la primera menstruación.
Para dar una idea de la crueldad de este acto, podemos rememorar al escritor Gabriel García Márquez y su famosa novela “Cien años de soledad”, en la que se relata cómo el personaje de Remedios Moscote, una niña de 9 años, se casa luego de tener su primera menstruación. Cuando queda embarazada de su esposo, el coronel Aureliano Buendía, tiene aproximadamente 10 años, pero muere trágicamente durante el parto, debido a diversas complicaciones.
Esta parte de la novela sobrepasa la ficción cuando nos damos cuenta de la realidad: niñas casándose con hombres de más de 30 años.
Y las voces que cuentan lo crudo de la realidad de esta parte de Guerrero también respaldan estos hechos, como el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan que en 2024, en un comunicado, mencionó que: “En la Montaña se han recrudecido los casos de violencia sexual; la violencia intrafamiliar, económica y psicológica ha dejado a las mujeres en la indefensión porque las autoridades no las protegen; lo más cruento son las desapariciones porque nadie las busca, sólo los esfuerzos de los familiares, pero las autoridades las tienen en el olvido. “Los matrimonios forzados de niñas se siguen practicando sin que las autoridades estatales y federales implementen acciones para erradicarlo”.
Por otra parte, hay que destacar que desde 2018 en Tlapa se creó la Unidad de Investigación Especializada del delito de feminicidio, pero en 2021 el ministerio público dejó sus funciones y hasta la fecha no hay personal.
Esta es la realidad de Tlapa, el corazón de la Montaña de Guerrero, el santuario que presumen las autoridades estatales y que está bañado en sangre de mujeres guerrerenses.
