Ante el temor de ser balanceadas por grupos antagónicos de la región de la Sierra de Guerrero, en las comunidades de Rincón de Alcaparrosa, Agua Hernández, Carrizalillo, entre otras comunidades pertenecientes al municipio de Chilpancingo.
En el recorrido por los pueblos de la sierra en Rincón de Alcaparrosa, se encontraron cientos de balas percutidas en la “casa comedor” de esa comunidad y los domicilios particulares saqueados, casas cerradas, abandonadas; solo el comisario municipal y otras cinco personas se mantenían cuidando sus viviendas.
Los niños Pánfilo, de 4 años de edad, su hermanita y sus papás dijeron al equipo de reporteeos: “Nos pueden llevar al siguiente pueblo; aquí ya no podemos vivir”. Y así se acomodaron en la camioneta contratada en Cuacoyulillo. Ahí se despidieron. Esa familia es de las tantas familias que quieren salir de esas comunidades.
En el lugar ya estaba la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la policía estatal, quienes aseguraron que en el cerro al menos hay tres personas que perdieron la vida en el enfrentamiento del día jueves, mientras que lugareños aseguran que son más de 12 personas que perdieron la vida y, al momento, la fiscalía no ha subido a dar fe de los hechos.
Carros quemados, casas abandonadas y solo mascotas quedan y comen el poco alimento que hay en esas comunidades serranas.
Los desplazados se refugian en Cuacoyulillo, Tlahuizapa y el valle del Ocotito.
Familias como la del niño Pánfilo dejaron su vivienda, sus animales y su patrimonio para viajar a un lugar seguro.
Los papás de los niños piden al gobierno que intervenga y que permanezca en esa zona, ya que solo suben a los pueblos de la sierra a tomarse fotos. Los pueblos de la sierra pedimos seguridad, porque pedir maestros o casas de salud es un tema que los maestros no han regresado a dar clases, ni enfermeras ni doctores en las casas de salud, ya que el tema de la inseguridad hace que no podamos dormir tranquilos.



