• sáb. Sep 13th, 2025

¿Se terminó incertidumbre, Félix? 

David Martínez Téllez 

Analista político, comunicólogo y académico UAGro 

El domingo, Félix Salgado Macedonio declaró ante algunos medios de comunicación que se desistía de participar en la contienda electoral 2027 porque su partido (que tanto quiere) le impedía participar por el tema del nepotismo. 

En el ambiente político queda la duda.  

Recordemos qué hizo Félix cuando lo inscribieron como candidato a la gubernatura en 2021. No desistió en su empeño hasta que una demanda judicial lo bajó. Realizó protestas en todos los lugares que pudo. Iba a ir a la casa de algunos magistrados para presionar. Porque así es la política. Hasta que inscribieron a la actual gobernadora. 

En estos últimos meses, Félix nunca se detuvo en su proselitismo. Incluso llegó a intimidar con la frase “el pueblo quita y pone”, lo cual se traducía en “lucharé hasta donde se pueda”, porque quien manda es la popularidad, y, esas dos palabras: se pueda, eran la gubernatura. 

Deduzco que el apoyo hacia Félix proviene de AMLO. Este es el argumento: Sheinbaum exigió la ley de nepotismo para 2027; el poder legislativo la aprobó para 2030. Se le reveló a la presidencia con esa prórroga. La mayoría de legisladores los puso el expresidente y a él le deben el puesto. Entonces, la presidenta carece de fuerza política. 

Félix decía a sus íntimos y muy cercanos colaboradores que iría por la gubernatura. En público era ambivalente. No negaba ese propósito y, a la par, realizaba campañas donde los seguidores lo vitoreaban y le decían “gobernador”. 

Ahora Félix es más explícito y dijo: “Voy a respetar los estatutos de Morena y, por el tema nepotismo, no voy a participar”.  

En caso de no respetar su palabra, quedaría como un político mentiroso y de escaso valor en sus palabras. Por supuesto que a la sociedad y a algunos políticos tampoco les importa si empeña sus dichos. A quienes sí les interesa lo que diga Félix es a grupos económicos. Y de no cumplir, se traduce en falta de confianza. 

Félix, por otro lado, al parecer ha negociado, por eso su rendición. Y lo único que podría negociar es que las cuentas cuadren.  O que no lo incluyan o vinculen con otros grupos. 

Por supuesto que en política siempre está la posibilidad de que Félix se desdiga. Así es ese negocio. Está latente la incertidumbre. 

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