• jue. Oct 16th, 2025

Reflejos
Por: Glendobeth Gutiérrez Castrejón

En la sesión del 30 de septiembre de 2025, un legislador propuso, tipificar como falta administrativa grave, la desaparición, destrucción, ocultamiento o alteración de expedientes oficiales, que indudablemente al aprobarse, cerrará una grieta institucional por donde durante años, se han evaporado derechos, recursos y justicia.

La propuesta plantea endurecer sanciones, pero también levantar un muro frente a una práctica silenciosa y devastadora, que ha propiciado se nieguen derechos a muchos guerrerenses, porque cuando un expediente desaparece o se altera, además de cometerse una “falla administrativa”, también se golpea la dignidad de las personas, al negarles su derecho a ser reconocidas, a recibir atención, a reclamar lo que les corresponde.

Existen “Casos documentados que evidencian cómo la falta de expedientes completos, ha impedido que la ciudadanía acceda a pensiones, servicios de salud, subsidios y otros derechos fundamentales”. Y esto es cierto, en alguna ocasión lo hemos escuchado de algún conocido, de algún amigo, de algún familiar y hasta quizá lo hemos vivido con nudos en la garganta.

La propuesta planteada por el diputado y presidente de la Jucopo, Jesús Urióstegui, formula introducir a la Ley de Responsabilidades Administrativas de Guerrero, sanciones proporcionales a la gravedad de la conducta y contempla agravantes cuando haya dolo, corrupción o daño al interés público, para dejar atrás la tibieza legal que durante años, ha permitido que quien destruya un archivo sensible, se escude en el “descuido” o en la “burocracia”.

La iniciativa invita a combatir los vacíos legales, para evitar que la impunidad, se esconda entre archivos o carpetas extraviadas. También manda un mensaje de prevención, de que los documentos públicos no son propiedad de los funcionarios, sino patrimonio de la sociedad y que quien traicione la confianza ciudadana, debe de recibir su castigo.

Ojalá que en los próximos días, el Pleno avale la iniciativa, tomando en cuenta que la ciudadanía, no debe de seguir siendo víctima, de quien se lava las manos, cuando los expedientes desaparecen, porque detrás de cada hoja perdida, hay un rostro olvidado, una voz silenciada, un derecho negado y mucha impotencia.

Foto: Jesús Urióstegui, contra papeles perdidos.

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