De Julio Ayala Carlos
• ¿Y los representantes populares?
CHILPANCINGO ESTÁ HUÉRFANO, por decir lo menos. Arrumbado y hasta olvidado. Todo ello, pese a ser la capital del estado, sede de los tres poderes, pero no sólo eso, sino también de una gran cantidad de instituciones federales, y sin embargo, parece no importarle a nadie…
Y ello incluye a los representantes populares, llámense senadores de la República, diputados federales, diputados locales, y hasta aspirantes a gobernador o gobernadora del estado, alguna de los cuales ocupa un alto cargo en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Ellos y ellas están callados, eso sí promoviéndose de mil maneras a fin de posicionarse en el sentir de los capitalinos, mientras éstos viven en el miedo, en la zozobra y la tensión, como consecuencia del pleito que mantienen por Chilpancingo los delincuentes.
Hay que decirlo. Desde el domingo pasado, y hasta hoy, martes, la capital del estado está desierta, salvo la necesidad de algunos que tienen que salir a la calle por algo más que urgente. Sin transporte público, con comercios cerrados y sin clases en las escuelas, ante el peligro que representa la inseguridad pública.
Cierto es que desde ayer lunes hay mayor presencia de la Guardia Nacional, del Ejército y la Marina, quienes hacen recorridos por la ciudad a fin de inhibir el delito. Sin embargo, con todo y ello, los delincuentes actuaron con total impunidad al incendiar una urban de la ruta Chilpancingo-Chilapa, en pleno mercado municipal.
Lo anterior explica que ya no se requieren recorridos y operativos para inhibir el delito, o lo que es lo mismo, para asustar a los delincuentes, sino perseguirlos y atraparlos, aunque después salgan libres.
En efecto, no le hace que Chilpancingo haya sido la primera capital del país, sede del primer Congreso de Anáhuac, y cuna de los Sentimientos de la Nación, de donde surgió posteriormente el Constitucionalismo Mexicano.
Es decir, todo un referente para el país.
Entiendo que la gobernadora del estado, Evelyn Salgado Pineda, en el ámbito de su competencia y de la capacidad presupuestal que tiene su gobierno, hace lo que puede, y lo mismo puede decirse del presidente municipal Gustavo Alarcón Herrera, cuyas acciones son reducidas ante los recortes presupuestales como consecuencia del desmantelamiento federal de los cuerpos de seguridad municipales.
Así pues, Chilpancingo y Guerrero parecen estar huérfanos, solos y en el olvido, no solo por el gobierno federal que está más interesado en defender a los narcos, mientras aquí actúan sin ningún contratiempo, mientras los representantes populares se hacen los occisos.
Allí están los senadores Félix Salgado, Manuel Añorve y Beatriz Mojica, que quieren ser candidatos a gobernador. Allí está también diputado federal por Chilpancingo, Carlos Sánchez, y los diputados locales Diana Bernabé y Héctor Basurto. También el dirigente estatal de Morena, Jacinto González, Rubén Cayetano, y el exgobernador Rogelio Ortega, que también quieren ser gobernador del estado, entre otros. Ah, y Estela Damián, subsecretaria del gobierno federal que anda en rabiosa campaña por la gubernatura…
Todos en lo suyo, como si Chilpancingo fuera un paraíso…
Comentarios: ayala.jc30@gmail.com
