• jue. Oct 16th, 2025

ENTRE EL AJEDREZ, EL TRONO Y LA POLÍTICA POR EVELIN GÓMEZ: CHILPANCINGO EN LLAMAS, CON QUEMADOS Y SIN TRANSPORTE

¿Cómo está, querido lector? ¿Le gustó el video? Porque la verdad pareciera que poco falta para eso… Y SI LE MOLESTÓ…

¿No cree que lo de ayer es peor? Porque no exagero al decirle que hubo personas quemadas. Y si quemaron unidades y personas, ¿cree que se detendrán por algo llamado iglesia?

Yo creo que no.

No seamos hipócritas. En esta columna no estamos para eso. Aquí contamos realidades incómodas; por eso los políticos no me quieren y siempre buscan bajar o desaparecer mi columna. Por ello, déjeme contarle un cuento de terror llamado realidad sin inteligencia artificial…

Era un domingo como cualquier otro. La madrugada terminaba y el sol ya amenazaba con salir, y aquellos que madrugan porque Dios les ayuda se perdieron…

A las seis de la mañana, cuando un autobús quedó envuelto en llamas. Pero los inefables quedaron entre las sombras y la única prueba de que todo aquello no fue una pesadilla fue el recipiente con gasolina que se encontró en el lugar. La prueba inequívoca de que todo fue premeditado y el aviso de lo que vendría después.

Antes del mediodía, con el sol en lo alto como cruel testigo, aquellos que viajaban dentro de esa unidad maldita salieron de ahí corriendo despavoridos. Pero no todos lo lograron. Los más vulnerables recibieron en su cuerpo el manto de las llamas que abrazó su piel y devoró su carne.

Y mientras todos corrían a ayudar y dar a conocer el hecho, en otro lado, un taxi también era bañado con fuego.

Mientras tanto, los habitantes de la ciudad en llamas esperaron, caminaron y fueron auxiliados por quienes tienen que protegerles, pero poco pueden hacer por ellos.

Ni Lucifer se atreve a tanto.

Y estoy segura de que los Voldemort de la vida real ni miedo le tienen, porque quemar personas vivas sin importar lo demás es señal de que vivimos en una sociedad decadente, llena de bestias.

Y las voces entre susurros hablan.

La gente habla y dice: “Fueron estos o aquellos”. Pero en el panorama oficial todo es silencio.

Y así estimulan al verdugo que viene por usted, por los otros, por los de enfrente y por todos. Así se las gastan los asesinos extremadamente organizados que permanecen entre las sombras, siempre ocultos, esperando devorar lo que hay a su paso como los Morlocks de la máquina del tiempo que describió H. G. Wells: seres que se adaptaron a vivir en la oscuridad, trabajando para así alimentarse de otros.

¿Le suena conocido? Dudo que midan más de dos metros y tengan ojos extremadamente grandes, pero de que se alimentan de otros y a su paso dejan destrucción y muerte…

Eso sí lo vivimos. Ese futuro distópico nos está alcanzando. Y usted y la población que lea esto seguramente sospechan quiénes fueron, pero las autoridades nunca saben nada.

Ahora podemos entender la visita de la presidenta a Chilpancingo. No fue gratis. El motivo oculto ya salió. La amenaza ya estaba ahí. Lo sabían.

Pero nada pasó. Y ni Claudia ni su superman de cuarta generación de Tepito pudieron detener la avalancha de fuego y miedo.

¿Qué nos espera ahora?

Solamente me resta repetir las palabras del maestro Isaac Asimov, quien fuera humanista, escritor y, claro está, maestro de la ciencia ficción:

“Nos acostumbramos a la violencia y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa”…

Me da miedo la situación actual. Pero me da más miedo que la sociedad no haga nada y me vienen a la mente las palabras del Papa Francisco:

“Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres, pero, sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión”.

¿Cuánto le falta a Chilpancingo para terminar de reventar? No mucho.

Al menos, así me lo parece.

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