Chilpancingo, Gro.- Mi corazón está con ustedes. No vengo a imponer, vengo a sembrar esperanza. Lo que hagamos hoy, lo van a agradecer nuestros hijos mañana. “Chilpancingo no necesita salvadores… necesita personas dispuestas a hacer equipo, a caminar con humildad junto a su gente, a sembrar esperanza donde otros solo ven problemas”; fueron algunas reflexiones que hizo Raúl Arriaga Tapia, empresario guerrerense y promotor del programa ciudadano SEMBRANDO ESPERANZA, en sus ya tradicionales visitas domiciliarias y encuentros vecinales en esta ciudad capital de Chilpancingo.
Así mismo dijo que quiere decirle a cada familia, a cada joven, a cada mujer y hombre trabajador, que no están solos. Dijo estar aquí no para prometer, sino para construir juntos, pues solo unidos podremos transformar esta tierra que tanto amamos.
“La esperanza no es una palabra bonita, es una decisión diaria. Se siembra con acciones, con escucha, con respeto, con valentía. Y se riega con trabajo honesto, con cercanía real y con el corazón abierto”.
Todo esto al apoyar lámparas solares, cemento y arena para uno de los accesos de la colonia Flores Baños y Col. Nueva Esperanza, aquí en Chilpancingo; donde Arriaga Tapia señaló que él no cree en los caminos solitarios, sino en la fuerza de la comunidad, en el poder que surge cuando nos miramos a los ojos y decimos ¡sí se puede!… pero juntos.
Chilpancingo merece paz, merece dignidad, merece alegría. Y todo eso lo vamos a sembrar… calle por calle, colonia por colonia, alma por alma, como lo venimos haciendo aún cuando la gente está sumergida en la apatía producto del desencanto, pues bastantes actores políticos de todas las corrientes han defraudado la confianza ciudadana.
El tiempo de la esperanza ya empezó. Y empieza contigo, conmigo, con nosotros, concluyó Arriaga Tapia.
