• jue. Oct 23rd, 2025

AYUNTAMIENTO DE CHILPANCINGO, A CASÍ UN AÑO

Por: Marbán Polo

Gustavo Alarcón Herrera, desde su juventud, ha tenido una carrera altruista y política en el estado, pero sobre todo en la capital de Guerrero.

Es un hombre reconocido y respetado en el campo de la medicina, pues se ha desempeñado como profesional de la salud en la especialidad de médico internista. Un profesional que sabe de sobra que no todo es dinero, ya que ha perdido la cuenta de las consultas, tratamientos y hasta cirugías que ha obsequiado a quienes han demostrado necesitarlas. La gratitud ha sido el pago más valioso para quien es amigo y comparte sus conocimientos en medicina.

El campo de la medicina, junto con su altruismo, le ha permitido conocer no solo a su estado, sino también las colonias y barrios que componen la geografía del municipio de Chilpancingo, Guerrero.

Algunos detractores se han enfocado en señalar sin razón que el galeno es producto de la improvisación, cuando su carrera política la ha forjado desde su juventud. Su liderazgo le permitió ser tomado en cuenta para figurar como suplente en la presente administración. La sola marca Alarcón Herrera ya genera votos; de no haber sido así, simple y llanamente no hubiese sido tomado en cuenta, pues las elecciones no estaban como para improvisar ni candidatos ni suplentes.

Desgraciadamente, los momentos de inseguridad que vive la entidad suriana, y ante la lamentable e irreparable privación de la vida del joven presidente Alejandro Arcos Catalán, el 6 de octubre del año pasado, hicieron que Gustavo Alarcón Herrera tuviera dificultades para responder al llamado que, por ley constitucional, estaba obligado a cumplir.

Su llegada como nuevo alcalde de Chilpancingo no fue precisamente la idónea, como hubiese querido Alarcón Herrera, pues un hombre íntegro, que se ha caracterizado por preservar la vida a través de la medicina, no le permite desear mal alguno a nadie.

La vida tiene que continuar y el ayuntamiento enfrenta problemas de desarrollo social, además de los problemas internos que recibe cada nueva administración.

Su llegada a la primera silla edilicia como alcalde de Chilpancingo incomodó a más de uno, siendo presa de las redes anónimas. Sin embargo, lo que le corresponde como alcalde, y con escasos leales, está por cumplir un año sirviendo como primer responsable del ayuntamiento capitalino. En este tiempo, ha tenido muchas tareas pendientes, domar al tigre no le ha sido fácil. Los tiempos son otros, no los de ayer. No se puede negar que Gustavo Alarcón Herrera ha puesto tanto actitud como aptitud para mantener a flote el barco municipal.

Quienes lo catalogan como falto de carácter, se equivocan: Alarcón Herrera no es un hombre de confrontación, más bien es de diálogo, analítico y hasta tolerante. Pero cuando se trata de poner orden, lo hace conforme a derecho. Hoy, con el despido legal de los supuestos paristas, demuestra que en la alcaldía existe carácter y que el orden interno comienza a agarrar forma… veremos qué sigue.

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