
Mome del Moral
Ahí yace el cuerpo de casi un niño, protegiéndose de la muerte. De vestir humilde.
David se llamó. El, a quien tenía el derecho a que se le preservara la vida se le atravesó el cuerpo con 11 balas.
Aquí y allá, en este país que nos amanecemos y anochecemos con la muerte que se pasea oronda y que cada día cobra la vida de 7 adolescentes.
Por la calle marcha la tragedia que se anuncia de muchas maneras, porque este país de impunidad así lo permite.
Ahí quedó el cuerpo de David pensando que la sola idea de vivir lo podía sostener sin caer tendido. Sostuvo su cuerpo y el último suspiro de quien ya no sueña más.
Ausencia de indignación y el silencio complice es el acompañamiento a David.
Hoy me pesan los pies y el corazón se me ha dormido.
