David Martínez Téllez
Analista político, comunicólogo y académico UAGro
Oficialmente en Sonora murieron 21 personas; en Michoacán uno. Acontecimientos en días de recordar a nuestros muertos. Ambos acontecimientos llevaron a una reunión urgente del Secretariado Nacional de Seguridad en Palacio Nacional.
El parte oficial de Sonora, es decir, la fiscalía estatal, informó que descarta que el atentado a una tiende de conveniencia haya sido cometido por grupos delincuenciales. Y al mismo tiempo dice que no descarta ninguna línea de investigación.
Específico. Sin van a iniciar las indagaciones de lo ocurrido cómo es que ya descartan a los aquellos grupos. Por deducción y por el tipo de amenaza (incendio del local) te lleva a suponer que esos grupos “algo” tienen qué ver.
El gobernador de Sonora Alfonso Durazo lamentó los acontecimientos. Pero ha sido señalado por el gobierno de Estados Unidos de estar coludido con grupos que los mismo gringos ha calificado de terroristas porque están involucrados en algunos de sus procesos con las drogas. El dato relevante es donde el gobierno norteamericano le retiró la visa a Durazo. Cuando se le quita este documento obedece a que su información les indica que algunos políticos mexicanos están relacionados con grupos delincuenciales.
La tienda de conveniencia incendiada en Sonora a una hora y en el lugar es claramente un mensaje al gobierno del Estado.
El otro acontecimiento fue el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán., Carlos Manzo.
El asesinado estaba en medio de una concentración social. Ya lo estaban esperando. La parte oficial informa que fue abatido el agresor y detuvo a dos personas presuntamente directamente involucradas con la muerte del político.
Desgraciadamente, se asesinan a políticos ya sea por cuestiones de su desempeño con decisiones que afectan a otros grupos que también hacen política o por presuntas relaciones con grupos delincuenciales. En orden de importancia para la seguridad nacional es más relevante lo ocurrido en Sonora, por el número de decesos y porque son daños colaterales. Es decir, el daño a la sociedad civil. En otras palabras se puede leer que el gobierno ha sido rebasado por “esos grupos”.
El otro mensaje que recibe el gobierno federal, en esta supuesta línea de grupo delincuencial, es que son capaces de lo que sea para que se cumpla lo acordado.
Algunos analistas anticiparon las consecuencias sociales cuando “los otros grupos” ya han tomado el control político, tal y como sucedió en Colombia. No sólo quieren ser trabajadores de drogas, sino tomar decisiones políticas.
La descripción norteamericana sobre el territorio mexicano donde indica que “esos grupos” controlan, por lo menos, el 60 por ciento del país, no es percepción, sino desdichadamente una esquina de la realidad.

