• jue. Oct 30th, 2025

David Martínez Téllez

Analista político, comunicólogo y académico UAGro

El Índice de Conflictos, organismo que se encuentra en Bélgica, revela que México se ubica en el sexto lugar en el mundo con 16 mil 866 eventos conflictivos, sólo por debajo de Ucrania (en guerra), Palestina (en guerra), Sudán, Myanma, Nigeria y Siria.

Estos últimos países están considerados los más pobres del mundo. Por esta condición es de esperarse con indicadores de conflicto.

El periodo que registra el Índice es del 1 de noviembre de 2024 al 1 de octubre de 2025. El segundo dato que nos ofrece Índice es en el rubro indicador fatalidades  en donde México ocupa el octavo lugar con 8 mil 372 casos.

Esa misma institución realiza una evaluación poblacional y determina que la relación eventos conflictivos y el total de la población mexicana resulta que habría abarcado a 34.4 millones de personas.

Las cifras de Índice indican que un cuarto de la población mexicana ha sufrido directamente un caso de inseguridad o de conflicto.

Los datos de Índice coincide con encuestas mexicanas en donde ubican al estado de Sinaloa como el territorio con más muertes en el año 2024, mil 446; le sigue Guanajuato con 854; Michoacán con 615; Guerrero con 608 y Nuevo León con 534.

Estados Unidos, a través de su presidente Donald Trump ha calificado a México como el vecino más inseguro. Por supuesto que nos compara con Canadá. El mismo gobierno norteamericano enjuicia que dos terceras partes del territorio mexicano es controlado por los cárteles. El gobierno mexicano de manera reiterada sostiene que la inseguridad obedece a enfrentamientos de, por lo menos, dos grupos delincuenciales. (De manera extraoficial se conoce que existen 8 grupos que disputan el país con el nombre México, donde ellos cosechan, siembran, venden y trafican drogas).

Es decir, que tanto lo que dice Estados Unidos, así como lo identifica el gobierno mexicano nos da como resultado que “esos grupos” son quienes provocan los conflictos. Las consecuencias de esas peleas y es resultado concreto en los llamados daños colaterales, los cuales se traduce en vidas de connacionales.

La imagen que ven de México en el exterior es lo que provoca poca o nula inversión extranjera. Sino hay dinero fresco no puede haber desarrollo económico. Tampoco nuevos empleos. Al realizar un acto de empatía con “los ricos”, cualquier persona con su dinero sabe que lo guarda (un inversionista quiere estabilidad) en un lugar seguro.

México, desgraciadamente, por las cifras aquí detalladas, no es convincente. Menos firme cuando ya está de su lado el poder judicial.

Así nos ven.

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