• sáb. Ago 23rd, 2025

𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐃ía 𝐝𝐞𝐥 𝐁𝐨𝐦𝐛𝐞𝐫𝐨 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐞𝐥 “𝐁𝐨𝐦𝐛𝐞𝐫𝐨 𝐀𝐭ó𝐦𝐢𝐜𝐨”

✍🏻:Perla Ramírez

En este Día del Bombero, la capital recuerda con orgullo a Miguel Ángel Nava Escobar, conocido con cariño como el “Bombero Atómico”. Un joven lleno de vida, apasionado del deporte y comprometido con servir a su comunidad, que lamentablemente perdió la vida en el cumplimiento de su deber.

Los hechos ocurrieron ya hace 5 años, a espaldas de la avenida Lázaro Cárdenas, al sur de la ciudad. Miguel Ángel realizaba labores de apoyo al cortar ramas de un árbol cuando, tras perder el equilibrio, cayó desde una altura aproximada de siete metros. El impacto en la cabeza fue fatal y provocó su muerte de manera instantánea.

Aún duele aquel último pase de lista en las instalaciones del Heroico Cuerpo de Bomberos que resonó con fuerza y tristeza: “𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 Á𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐍𝐚𝐯𝐚 𝐄𝐬𝐜𝐨𝐛𝐚𝐫”. Sus compañeros respondieron con el corazón afligido, sabiendo que ese nombre ya no volvería a escucharse entre ellos, pero sí quedará para siempre en la memoria de su familia y de quienes lo conocieron.

Más allá del uniforme, Miguel Ángel fue un joven deportista, un impulsor incansable del deporte y un ejemplo de entrega. Su espíritu siempre estuvo ligado al servicio y a la pasión por ayudar a los demás.

El trabajo de los bomberos va mucho más allá de solo apagar incendios; son ellos quienes acuden cuando un perrito queda atrapado, cuando un gato necesita ser rescatado, quienes no dudan en enfrentar lluvias e inundaciones para poner a salvo a familias enteras. Son los primeros en responder, los últimos en retirarse y muchas veces los más olvidados.

Resulta doloroso reconocer que, a pesar de la grandeza de su labor, los bomberos no siempre cuentan con insumos de calidad para protegerse, ni con el bono de riesgo que merecen por la naturaleza de su trabajo. Aun así, día con día salen a servir con valentía, poniendo en riesgo su propia vida para cuidar la nuestra.

Hoy, al recordar a Miguel Ángel, el “Bombero Atómico”, la vida nos recuerda con dureza que en cualquier trabajo somos reemplazables; una silla vacía pronto es ocupada y las labores continúan. Sin embargo, donde jamás habrá sustituto es en el corazón de la familia; recordemos siempre valorar y dignificar a cada integrante de este heroico cuerpo de bomberos.

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